¿Es saludable consumir alimentos transgénicos?

Cuando surgieron hace unas cuantas décadas los alimentos transgénicos se anunciaron como una auténtica revolución. Y en un primer momento lo parecen, ya que incorporan nuevas propiedades y características que en teoría mejoran el alimento original de cara al consumo humano.

Por ejemplo, modificando genéticamente vegetales  y plantas, se obtienen cultivos más resistentes a las plagas de insectos que habitualmente azotan sus plantaciones. Del mismo modo, muchos alimentos elaborados con ingredientes procedentes de la agricultura transgénica soportan mejor las condiciones ambientales y tienen una mayor durabilidad.

Parece que son todo ventajas, pero en realidad cabe hacerse unas cuantas preguntas al respecto.


Por ejemplo, ¿puede afectarnos consumir alimentos transgénicos? A día de hoy aún no lo sabemos con seguridad. Pero la verdad es que los organismos modificados genéticamente pasan a ser seres totalmente nuevos en la cadena alimenticia. De este modo, podríamos estar ingiriendo alimentos cuyos ingredientes nuestro cuerpo no está preparado para procesar correctamente. Hay quien sugiere que varias de las alergias que hoy en día padece la población se deben a la ingesta de comida genéticamente modificada. Sería interesante analizar a conciencia este hecho, pero ante la duda, lo mejor sería optar por comprar alimentos no transgénicos. Por eso una buena opción es fijarse muy bien en aquellos productos que adquirimos.

Por otro lado, tenemos el impacto que la modificación genética de los cultivos puede tener en el medioambiente global. Hay que tener en cuenta que, como decíamos antes, cuando se modifica una especie animal o vegetal se está creando un ser totalmente nuevo e introduciéndolo en el ecosistema, saltándonos las leyes de la selección natural. Las consecuencias de esto pueden ser imprevisibles: en la naturaleza virgen todos sus elementos conforman un enorme puzle cuyas piezas encajan a la perfección. Introducir en ella a voluntad un ser vivo que no ha sido moldeado por miles de años de evolución, sin un vínculo real con el resto de seres vivos que le rodean, es un auténtico peligro para la flora y fauna existentes, algo que no compensa los beneficios que este tipo de cultivo pueda reportarnos.

Así que aunque solo sea por la salud de nuestro planeta, lo más recomendable es consumir aquellos alimentos cuya composición no incluya ingredientes transgénicos. Y en cuanto a nuestra propia salud, no hay duda de que los bienes que la tierra nos ha ofrecido desde el principio constituyen la fuente más fiable y saludable para alimentarnos y seguir una dieta sana y segura.

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