Para conseguir el peso ideal que nos recomienda el médico en función de nuestro caso concreto, lo ideal es seguir sus indicaciones, que muy probablemente incluirán una dieta concreta combinada con ejercicio moderado. Pero hay casos en los que la acumulación de grasa en zonas muy concretas del cuerpo hace necesario planes de ejercicio muy específicos e intensos que no todo el mundo es capaz o tiene la intención de seguir.

Es en estas situaciones cuando muchos pacientes recurren a la liposucción, un procedimiento quirúrgico muy efectivo para eliminar el exceso de grasa localizada en distintas partes del cuerpo. Esta intervención ayuda a mejorar el contorno deseado y conseguir una figura esbelta, y sus resultados se pueden observar en tan solo unos meses.

Sin embargo, para que una liposucción sea realmente efectiva, se debe mantener un estilo de vida equilibrado y llevar a cabo una dieta saludable para que los resultados se prolonguen en el tiempo. Esto es así porque, a pesar de que la grasa se elimina de forma definitiva con esta intervención, si posteriormente no se mantienen unos cuidados básicos se puede volver a reproducir la grasa eliminada.

La clave para mantener la figura después de realizarse una liposucción es comer de todo respetando las cinco comidas diarias: desayuno, tentempié, comida, merienda y cena. Asimismo, tenemos que asegurarnos de que estamos adquiriendo todos los alimentos necesarios. En este sentido, debemos incluir todos los grupos de alimentos incluyendo cereales, frutas, verduras, hortalizas y legumbres, pescados, carnes, etc.

Además, debemos procurar que la ingesta de cada alimento se lleva a cabo en las proporciones adecuadas. De este modo, se recomienda consumir pescado, carne y huevos entre tres y cuatro veces a la semana. Las legumbres, los lácteos y los frutos secos entre dos y cuatro raciones a la semana. Para la fruta se establece comer tres piezas diarias y para las verduras y hortalizas dos raciones al día.

Otro de los aspectos que no se deben olvidar tras una liposucción es la hidratación, ya que hemos de aportar agua al cuerpo de forma regular durante todo el día para el adecuado funcionamiento del organismo y la eliminación de los deshechos del metabolismo celular. Lo recomendable y estipulado por los expertos son tres litros de agua al día y, aunque casi la mitad lo ingerimos a través de los alimentos, debemos tratar de beber ocho vasos diarios.

Por último, y no por ello menos importante, hay que tener en cuenta la práctica de deporte. Este aspecto es fundamental tras una liposucción ya que contribuye a que el cuerpo termine de eliminar la grasa restante que pueda quedar en otras partes del cuerpo que no hayan sido tratadas. A pesar de que lo recomendable es que el paciente comience a realizar ejercicio moderado seis semanas después de la liposucción, siempre debemos consultar primero a nuestro médico antes de llevar a cabo cualquier esfuerzo físico.

En definitiva, someterse a una liposucción puede resultar el método definitivo para conseguir eliminar el exceso de grasa corporal de forma rápida y segura, pero se debe llevar a cabo unos cuidados posteriores que, no solo nos ayudarán a mantener la figura, sino que nos ayudarán a mejorar la salud y prevenir la posible aparición de enfermedades.